El moral de nuestra finca

El moral adulto que crece en la finca está ya cargado de moras, y cada vez que paso junto a él, aprovecho para deleitarme con las primeras muestras. Aún no sabemos cómo alcanzaremos las que cuelgan en lo alto, pero si no se nos ocurre algo pronto, seguramente a los pájaros sí.

Este árbol ha sufrido bastante: hace unas semanas, los vientos le arrancaron una rama importante. Por suerte, ya le hemos aplicado las curas necesarias. Mientras lo cuidamos, no podemos evitar pensar en la fortuna de que ya estuviera aquí cuando llegamos, al igual que algunos otros árboles de gran porte que nos acompañan en la finca. Alguien tuvo que plantarlos alguna vez… aunque también podría haber sido obra de un pájaro. Pero incluso en ese caso, alguien permitió que creciera, lo cuidó y lo respetó. Hoy, otras manos y otros seres —nosotros, las aves, la tierra— disfrutamos de su sombra y de sus frutos. ¿Nos dará tiempo este año de hacer mermelada antes de que los pájaros lo desnuden del todo?

Según parece, el ejemplar que tenemos en el campo pertenece a la especie Morus nigra, de ahí que lo llame moral y no morera, aunque también es correcto referirse a él como morera negra. Es decir, Morus nigra sería el moral o morera negra, mientras que Morus alba es la morera blanca, comúnmente conocida simplemente como morera. Si os animáis a echar un vistazo al documento que adjuntamos al final, descubriréis que ambas pertenecen a la familia de las moráceas, lo que convierte al moral en una prima botánica de la higuera.

Aunque ambas pertenecen al género Morus, sus historias culturales y usos han sido bien distintos. La Morus alba, por ejemplo, ha sido tradicionalmente cultivada para alimentar a los gusanos de seda, formando parte esencial de la sericultura. La Morus nigra ha sido más usada para mermeladas y menos para la seda, tal y como se comenta en el pdf: «En la Continuación de la Flora Española (1784), Gómez Ortega escribe con manifiesta claridad sobre ambas especies. De Morus nigra dice que “se cultiva por su delicioso fruto, que es comida sabrosa y reputada por ser muy sana”. Sin embargo, advierte que los productores de gusanos de seda “hacen muy poco aprecio de las hojas como alimento y conservación de los gusanos”».

«El árbol de morera tarda tiempo en dar fruto, pero su sombra dura para siempre.»
— Proverbio oriental

Quizás por cosas como esta, este proyecto nos gusta tanto: porque a cada paso, en cada planta, pájaro o piedra, hay una historia que nos conecta con la propia Historia de la especie o con las vivencias ocurridas en el terreno que hoy ocupamos. Todo parece aislado, y sin embargo, todo está conectado, esperando a que una mirada más profunda nos ayude a unir hilos y tejer raíces.

Fuente: https://www.mapa.gob.es/es/agricultura/temas/medios-de-produccion/flora_al_andalus_vol_2_303-326_moraceas_tcm30-698160.pdf

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